DIOSES O VAMPIROS

De acuerdo con la mitología azteca, la ofrenda de sangre de jóvenes víctimas a los dioses garantizaba la fertilidad de la Tierra. Pero, aunque éste sea otro antecedente, las clásicas historias de vampiros se originaron en el seno de la civilización europea... Los antiguos griegos comenzaron su gesta.
Existen numerosos dioses bebedores de sangre en la mitología griega y romana, conocidos como Lamiae, Empusae y Striges. Sus nombres fueron históricamente vinculados con el de brujas, demonios y vampiros. Pero estos vampiros, aunque bebían sangre humana, eran sólo deidades y no “muertos vivos”. Se trataba de divinidades capaces de adquirir apariencia humana para poder seducir a sus víctimas.
Con el paso del tiempo y el aumento de popularidad del Cristianismo, el valor simbólico de la sangre se incrementó. La comunión del Espíritu Santo, que incluye beber el vino –símbolo de la sangre de Cristo– y comer el pan –alegoría de su cuerpo– hizo cobrar incomparable relevancia a este fluido vital. Además, durante el siglo XI las brujas y los médicos prescribían sangre de vírgenes para curar enfermedades.
Varias menciones a la presencia de vampiros pueden encontrarse en libros como El diccionario diabólico, escrito por el obispo de Cahors, en El Nugis Curialium, de Walter Map, y en la Historia Rerum Anglicarum, de William de Newburgh.

HISTORIA DE LOS LICANTROPOS..

Cuando el mundo aun era joven, cuando los portales mágicos se abrieron y desataron la furia de los vientos sobre las nuevas tierras de Weltgott, fue en ese momento cuando los primeros licántropos pisaron la tierra. Tanto animales como plantas cubiertas por magia se convertían en maravillosas criaturas, pero por cada intercambio mágico se producían sobrantes que se acumulaban y rondaban la inmensa bóveda celeste.
Años pasaron y en el norte se presentaron las más grandes acumulaciones. Por mucho tiempo, el espectáculo que producían estas acumulaciones brillando en el cielo atrajeron muchos visitantes, en especial humanos, los cuales sufrieron el oscuro destino.
Una noche, una gran explosión en el cielo cubierta de truenos parecía traer el fin del mundo. Fue en aquel entonces cuando ellos aparecieron. Como una gran manta, los vestigios mágicos y oscuros cubrieron gran parte del norte; surgidos de orgullosos cuerpos humanos, una nueva raza despertaba en Weltgott, ellos eran los licántropos.
Los Humanos, inquietos por los nuevos inquilinos, iniciaron una serie de sangrientas contiendas contra ellos. Estas contiendas consistían en enormes cacerías a lo largo de todo el bosque en las que cientos de cazadores y mercenarios atraídos por las tentadoras sumas de dinero concedidas, arrasaban, quemaban y mataban cualquier forma de vida Licantropa. Fueron tiempos sombríos y amargos que todavía hoy siguen forjados en los corazones de esta orgullosa raza, ser perseguidos por los que un día llamaron hermanos, no es algo que se olvidara con facilidad.
Acosados y esquilmados, sin la capacidad de hacer frente a sus verdugos, los clanes Licántropos huyeron a las montañas. Fue aquí, donde el destino de esta joven raza cambio.
Cuentan las historias, que durante 40 lunas, del bosque emergieron siniestras y oscuras columnas de humo, Cuentan que en las gélidas noches podían oírse los gritos de los cautivos y los moribundos, entregados a los dioses en sangrientos rituales.
Ante tal demostración de barbarie y pillaje, los humanos son obligados a abandonar su hogar y huir hacia las grandes llanuras centrales, donde más tarde edificarían la famosa ciudad que hoy conocemos como Gläubeknappenheim.
Poco sabemos de la sociedad Licántropa, pero tenemos constancia de que los clanes se dividieron en etnias destacando tres grandes y poderosos clanes:
El clan Ursum (hombres oso), estos pendencieros licántropos decidieron asentarse en las zonas altas de la montaña, donde la caza y la pesca eran abundantes. Junto a Olaf rompe cráneos, su brutal líder, los Licántropos de este feroz clan llevaron a cabo una serie de sangrientas contiendas contra las tribus orcas, convirtiéndose así en los amos y señores de las frías e inhóspitas montañas.
El clan Lupus (hombres lobo), orgullosos y temidos en todo Wellgott por su fama de implacables guerreros y despiadados cazadores, controlan los bosques comprendidos desde las montañas hasta los bastos y desolados páramos. Su líder, Ragnar colmillo sangriento veterano de mil batallas.
El clan Felnum (hombres “felinos”), a diferencia de sus hermanos, estos licántropos prefieren la política y la diplomacia evitando siempre que pueden los derramamientos de sangre. Son taimados y astutos y a menudo son despreciados por los demás clanes por sus tratos con humanos y otras razas civilizadas con las que comercian y negocian. Son Conocidos por sus elaboradas conspiraciones y sus fabulosos espías y líderes que han convertido a esta manada en una maquina política imparable. Este extravagante clan tiene sus dominios en los bastos paramos, cerca de la famosa ciudad humana de Gläubeknappenheim. Su Líder, Rackth el conspirador, constituye una verdadera amenaza hacia la soberanía del clan Lupus.

La mentos.